domingo, 4 de noviembre de 2012

Capítulo 1:

Me le quedé mirando por un momento, hasta que se dio cuenta de que le miraba.Así que saqué el móvil, y hice como si estuviera mirando y escribiendo mensajes, cuando en realidad, no sabía ni lo que estaba haciendo.Sentí una sombra delante de mí. Alcé la vista, y le vi, ahí, de pie, mirándome.
- Hola.-Me dijo.Miré para otro lado, no le conocía de nada, pasaba de saludarle.
-¿Hola?-Repitió, esta vez en forma de pregunta.
-Hola...-dije, tímidamente.
-¿Me puedo sentar?-Preguntó, señalando al banco.
-Como quieras.-Respondí, sin darle importancia.Se sentó en el otro extremo del banco, guardando las distancias.Sacó la guitarra y se puso a afinarla.No entendía mucho de guitarras, pero era muy pequeña, como si fuera de niño o algo así.Empezó a tocar una una melodía muy bonita.Dejé de mirarle, y volví a lo mío.A mirar el cielo y a pensar en mis cosas.
Sin darme cuenta, otra vez, empecé a llorar.El chico dejó de tocar y me dijo:
-¿Qué te pasa?
-Nada.-Le respondí, secándome los ojos.
-No parece que no te pase nada.
No le contesté, ¿para qué? no era asunto suyo.
-Me lo puedes contar.-Siguió diciendo.Vaya un pesado.
-No creo que te interese, además no te conozco de nada.-Le dije.
-Ah...bueno, me llamo Edward, aunque todo el mundo me llama Ed. Tengo 21 años y me encanta la música y los gatos.Vivo en un piso en el centro, y toco todos los días en la puerta del metro.¿Ya me conoces algo más?
-Sí, claro, algo si que te conozco más.
-¿Y puedo saber tu nombre, por lo menos?
-Sí...-dije tímidamente.-Me llamo Lloyd.
-Oh, Lloyd. Que nombre más bonito.
-Gracias.-Dije, sorprendida, porque nadie nunca antes me había dicho que mi nombre era bonito.
Y siguió tocando.Tocaba muy bien, la verdad.Y parecía buena gente, a la vez que era amable.
-Mi mejor amiga falleció hace un mes.-Dije.
Paró de tocar de golpe.
-¿Qué? oh....eso es horrible...-dijo despacio.-Lo siento.
-Yo también.-Dije con lágrimas en los ojos.
-La echas de menos.
-Muchísimo.Era algo más que una amiga, era mi hermana.Nos lo contábamos absolutamente todo, hablábamos casi todos los días.Pero se ha ido.Y no volverá.
Y ahí me derrumbé.
-Oh, ven- me dijo, abriendo los brazos.
Me daba igual si era un desconocido, por lo menos se preocupaba.
Y ahí estaba yo, llorando, y Ed abrazándome.Una buena estampa, claro, claro.
-¿Te acompaño a casa?-Me preguntó, al oído.
-Por favor.-Dije, levantando la cabeza y echándome el pelo para atrás.
Le dije donde vivía y me acompañó hasta la puerta.Me despedí y le di las gracias.
No sé porqué, pero me cayó bastante bien.


1 comentario:

  1. OH POR DIOS, por poco me haces llorar :'(
    Aunque he sonreído como una TONTA cuando Ed le empieza a contar toda su vida, así de la nada jajajaja Y luego cuando la abraza... Jo, eso es demasiado adorable. Me gusta mucho como escribes :3 Sigue así

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